Ariel Oliveira e Iñaki Mendiberri Noel, estudiantes del Departamento de Física, obtuvieron el premio Innovación en universidades con su proyecto Carbón verde activado a partir de desecho agroindustrial. A partir de la cáscara de la soja - un residuo muy abundante en el agro - los jóvenes pudieron producir carbón activado, un elemento poroso que atrapa compuestos en gases y fluidos. En particular, el proyecto se enfocó en la remediación de aguas dulces para la potabilización.
El carbón activado cuenta con diversas aplicaciones en la industria: se utiliza como antídoto en casos de intoxicación, tiene un amplio uso en la industria cosmética en productos como maquillaje y pasta dental negra, y es un componente en la elaboración de alimentos, siguiendo una tendencia en auge. Actualmente, no se fabrica a nivel industrial en el país, por lo que su suministro depende de importaciones.
Ariel e Iñaki desarrollaron su proyecto en el Laboratorio de Polímeros y Materiales Compuestos (UBA-Conicet), bajo la dirección de Silvia Goyanes como parte del último tramo de la carrera de Física. La iniciativa de un trabajo en remediación ambiental se enmarca en las líneas de interés del grupo: “poder desarrollar un material para la potabilización del agua y que éste parta de un desecho de la industria es maravilloso”, dice Oliveira. Además, Mendiberri Noel afirma que el producto final puede contribuir a la industria nacional y a la economía circular.
El proceso
Se inicia con la cáscara de soja, que se muele hasta obtener un polvo. Luego, se somete a un proceso de pirolizado, en el cual se expone a altas temperaturas en una atmósfera libre de oxígeno para obtener carbón. Posteriormente, se lleva a cabo una activación química con el propósito de aumentar de manera significativa su área superficial. El resultado es un carbón activado de origen vegetal con una capacidad de adsorción considerablemente superior al carbón comercial que se encuentra actualmente en el mercado argentino.
El producto resultante se empleó para evaluar su eficacia en la filtración de diversas moléculas, incluyendo contaminantes como la Tetraciclina y la Atrazina, que son un antibiótico y un pesticida ampliamente utilizados en la industria agroganadera y que se encuentran comúnmente en los caudales de agua de las zonas donde se llevan a cabo estas actividades.
De acuerdo con la opinión de los jóvenes, la implementación a gran escala parece factible por varias razones. En primer lugar, se debe a la facilidad de recolección y a la alta disponibilidad de materia prima proveniente de la industria aceitera. Por otro lado, los procesos involucrados son simples y ya existen equipos de escala industrial para llevarlos a cabo. Además, estos no demandan un nivel elevado de capacitación por parte de los operarios para su ejecución.