Mirando al sur

Se llevó a cabo un nuevo encuentro de física espacial de países latinoamericanos, esta vez en Buenos Aires. La reunión número once incluyó además una Escuela donde más de cincuenta jóvenes estudiantes pudieron tomar clases con los referentes internacionales del área.

Cada tres años la Asociación Latinoamericana de Geofísica Espacial (ALAGE) celebra el encuentro donde más de doscientos investigadores de la región comparten y debaten los resultados originales de sus investigaciones. Este año, los organizadores fueron un grupo de científicos argentinos expertos en el campo; entre ellos los profesores del Departamento de Física Daniel Gómez, Pablo Dmitruk, Cristina Mandrini y Sergio Dasso, y también  investigadores del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) como César Bertucci y Marcelo López Fuentes; y de la UTN (Regional Mendoza) como Hebe Cremades.

“Durante el 16 al 20 de abril tuvo lugar el congreso, que llamamos COLAGE en el Centro Cultural de la Ciencia. Es la primera vez que se hace en Buenos Aires -la segunda en Argentina-, y para nosotros fue muy emocionante contar con la presencia de Juan Roederer como principal invitado. Roederer fue profesor del Departamento hasta la noche de los bastones largos, luego se exilió a Estados Unidos y reside allí desde entonces”, relata Gómez.

Además de su exposición sobre 60 años de Física del Cinturón de Radiación, el legendario físico tocó unas piezas de Nicolas de Grigny y de Bach en el órgano para todo el auditorio. Otro momento especial fue la entrega del premio “Mario Acuña” a dos investigadores de larga trayectoria; el galardón es en honor al físico argentino que desarrolló los magnetómetros utilizados en innumerables misiones espaciales y contribuyó además a la constitución de la ALAGE.

El profesor Daniel Gómez que además es investigador del IAFE, perteneciente a UBA-CONICET, considera que una “reunión de latinos es necesaria porque si bien todos nosotros mantenemos  contactos con colegas en Europa o Estados Unidos, que es donde se hace ciencia de frontera y donde están los recursos, debemos mirarnos entre nosotros también. Nuestras realidades son parecidas, estos encuentros se hacen a pulmón pero son fundamentales”

Las ponencias fueron sobre sobre una diversidad de temas que incluyen el estudio del espacio alrededor de la Tierra, el medio interplanetario, las atmósferas de planetas y cometas, la variabilidad solar y su impacto en la Tierra. Así como se abordó la importancia que tiene la disciplina para la operación confiable de los sistemas espaciales y para una mejor comprensión de los procesos involucrados en el cambio climático global.

Por otro lado, se desarrolló la Escuela entre los días 23 y el 26 de abril en el aula Magna de nuestra institución, donde 54 estudiantes latinoamericanos de licenciatura, maestría y doctorado asistieron a clases intensivas con profesores de primer nivel. Especialistas en temas de relevancia actual como magnetósferas planetarias, aceleración  de partículas y propagación de ondas de choque, turbulencia en el viento solar y clima espacial contribuyeron a la formación de los jóvenes científicos.

La Escuela fue financiada en buena parte por el Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (CELFI), un programa dependiente del MinCyT. “Los congresos latinoamericanos se realizan cada tres años, lo que es un esfuerzo muy grande para una comunidad con pocos recursos. Por eso el apoyo del CELFI fue fundamental, permitió la participación de jóvenes y eso es apostar a la generación que viene. Le da vitalidad a esta comunidad, que trabaja en temas fundamentales, como la Física Espacial y su impacto sobre nuestro planeta”, afirma Gómez.

DF es docencia, investigación y popularización de la ciencia.